lunes, 22 de noviembre de 2010

Los pobres y las mujeres serán los más afectados con el cambio climático.


 Por: Juan José Dioses Tello / Aziel Vargas Segura. / Fotos: Hamilton Segura Farfán.

Las consecuencias del cambio climático se aproximan sin piedad en los sectores pobres. Las mujeres serán más vulnerables ante el fenómeno, mientras que innumerables sequías cobrarán millones de vida en el planeta.

Como ya sabemos, el planeta se está calentando producto de las emisiones de dióxido de carbono así como otros gases del efecto invernadero, procedentes por las actividades humanas y procesos industriales como la combustión que genera la gasolina y los cambios en el uso de la tierra como la deforestación.

Los estudios del clima vienen pronosticando que los niveles de CO2 serán mucho más elevados aproximadamente dentro de medio siglo. “Aún afirmando que las emisiones se mantuviesen en los índices actuales, las concentraciones de CO2 en la atmósfera aumentarían pasando del nivel actual de 350 partes por millón (ppm) alrededor de 450 ppm hacia el año 2050” asegura Carlos Alejandro Norberto, profesor de Ciencias Naturales en el Consejo Superior de Educación Católica en Argentina,[1] aumentando de esta manera en un 30% la concentración de CO2.

Carlos Norberto asegura que las plantas ante esta situación no responden de manera uniforme, pues algunas especies crecen más si hay más CO2 mientras que para otras “no supone ninguna ventaja adicional”. Un desequilibrio que evidencia el problema de un posible cambio en la composición de nuestro ecosistema.

El Fondo de Población y Desarrollo de Naciones Unidas (UNFPA), presentó su informe 2009, [2] donde señaló que los efectos del cambio climático “significan una desproporcionada carga negativa para las mujeres”. Un tema que espera “ser tratado en la extensa agenda de debates sobre desastres naturales como elementos del efecto invernadero mundial.”[3]

Junco Sazaki[4], representante de UNFPA en Nicaragua, comentó que mucho se dice que el cambio climático es culpa de los países desarrollados y de la emisión de los gases de efecto invernadero, pero “no se examina los efectos sobre la población, su migración, y quienes más dificultades tienen en medio de los desastres, siendo la mujer más vulnerable”.

Junco Sazaki declaró que los pobres también son especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático, “pues la mayoría de los 1 mil 500 millones de personas a nivel mundial que viven con menos de 1 dólar diario son mujeres”. 
Los pobres, las mujeres, los niños serán los más afectados por el cambio climático.

 Por otro lado, los pobres suelen depender de la agricultura para ganarse la vida corriendo el riesgo de sufrir hambre o perder sus medios de vida cuando vengan futuras sequías y las lluvias se tornen impredecibles ocasionando huracanes que se desplacen con una fuerza abismal: “Los pobres suelen vivir en zonas marginales, vulnerables a las inundaciones, la elevación de los niveles del mar y las tormentas.”

“El efecto más importante sobre la zona mediterránea es el aumento de la sequía. El agua es ya un bien considerablemente escaso en nuestro país. Estos próximos conflictos a venir pueden verse agravados con el incremento de la sequía que perjudique el crecimiento de las ciudades y el mantenimiento de la población y las actividades con el actual ritmo de consumo.” (Sazaki 2008 - Tiempo de cambiar – pág. 143)

Asimismo, Amartya Kumar Sen[5], economista bengalí (India), Premio Nobel en Economía del 98, hace referencia una notable reflexión sobre los principales problemas del mundo globalizado.

Las cifras de Sen conmocionan, pues nos ofrece un panorama desalentador y privilegiado. Privilegiado en el lado que vemos las cosas, y desalentador en el lejano imaginario de nuestra compresión por entender la situación de las mil ochocientas millones de personas en todo el mundo que mueren cada año por falta de agua.
Más sequías y menos agua, más caminar por el líquido vital.
 
Jamás los números hicieron tanto daño. Por ejemplo, miles de niños en el mundo pierden cerca de 443 días del calendario escolar en recoger cubetas llenas de agua para poder subsistir. Unas dos mil seiscientas millones de personas en el mundo no tienen servicios de saneamiento. Y aunque exista suficiente reserva de agua en el planeta para atender a toda la población, mil doscientas millones de personas no tienen acceso a ella sepa Dios por qué maldita razón.

El agua ya es motivo de conflictos, de un drama de incalculables pérdidas de vida anualmente. Si adicionamos próximas sequías producto del calentamiento global, no hace falta mucha técnica para diagnosticar un panorama apocalíptico y desafortunado.

Respecto al turismo, se predice una temperatura demasiado tórrida y playas reducidas por la subida del nivel del mar. La agricultura será afectada por el aumento de sequías, con una mayor pérdida de cosechas y una extensión de las zonas desérticas. Eso, sin mencionar un aumento de diferentes tipos de plagas.
 
Temperaturas más altas agravarán los problemas sanitarios debidos a la contaminación atmosférica y oleadas de calor. El calentamiento del mar ya está provocando una saturación de medusas e insectos. Algunos estudios advierten un incremento de enfermedades y se espera que la Península Ibérica sea terreno oportuno para los mosquitos.

Finalmente también tendríamos un clima mucho más extremo, con lluvias torrenciales, fuertes nevadas y calor asfixiante. Todos estos agentes meteorológicos provocarían catástrofes naturales como desprendimientos de tierras,  incendios o riadas de agua.

Cuando surgen los cambios climáticos, el hombre termina adaptándose a éstos, pues consigue hacer uso adecuado de los recursos disponibles. Sin embargo, estos recursos disminuyen en calidad y afectan directamente la propia supervivencia del ser humano. ¿Haremos algo por cambiar nuestra realidad? ¿Permitiremos que las próximas generaciones se vean afectadas? El futuro de nuestro ecosistema depende de nosotros mismos.


[1]  Léase “Treinta preguntas básicas sobre Ecología” pág. 184. Carlos Norberto pone énfasis en el pronóstico nefasto que se avecina en los próximos 20 años.
[2]  Léase el Informe Anual del Fondo de Población y Desarrollo de Naciones Unidas (UNFPA) – Género, cultura y derechos humanos- 2009  pág. 21
[3] Informe Anual del UNFPA – Género, cultura y derechos humanos- 2009  pág. 22
[4] Léase: “Tiempo de Cambiar” de Junco Sazaki pág. 231. La mujer es  vulnerable y propensa a verse afectada por los cambios climáticos.
[5] Leáse la primera edición de “Primero la Gente”. El conflicto por el agua.  – 2007 pág. 171.

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